lunes, 13 de julio de 2009

Las otras cimas

¡Oh excelso César! ¿Tan abatido yaces? ¿Todas tus glorias, conquistas, triunfos y despojos se han reducido a esto?
Julio César (Shakespeare)

Ahora veo el final de un largo túnel, oscuro y solitario. Hasta hace unos meses era impensable que pudiera llegar a perder mi ilusión montañera. Sentir hastío por planes, noticias, reportajes, fotos y conversaciones. Todo un apagón a “la montaña” que, sin ser consciente, era quizás una forma de defensa psicológica. Un ay! Por no poder sentir, compartir, disfrutar lo que casi es un vicio. Un intento de olvidar que la montaña sigue ahí. Durante este tiempo uno ha llegado a plantearse muchas cosas. Algunas sobre la edad (soy el mayor de los uno-gradistas), otras sobre los excesos (deportivos) cometidos, y/o sobre muchas cosas varias que no hacen más que minar la moral y te devoran el interior (lo normal habría sido escribir que me devoran el alma). Hace unos 4 meses que me terminé de lesionar.

No se trata de una lesión épica, de las que te convierte en “experto montañero” (que todos lo somos si llegamos a salir en un telediario junto con los GERA), sino que es una lesión por acumulación de ejercicio, que tradicionalmente sólo había escuchado que la padecieran futbolistas. Resumiendo, que he tenido una pubalgia, que traducido a mi caso, ha implicado las inserciones musculares y músculos del muslo, bajando hasta la rodilla (con especial mención al grupo muscular de la Pata de Ganso). Al final de la recuperación se han hecho notar MUCHO los aductores y fascia-latta en su zona media (entraré en detalles por si a alguien le puede ayudar).
Al principio temes lo peor. Tras el reposo habitual cuando hay algún dolor de una o dos semanas, ves como no mejoras e incluso empeoras. Dolor constante en rodeando la articulación que no cesa hasta unos minutos tras finalizar el ejercicio. Tras cada momento de ilusión sobreviene el varapalo del regreso de un dolor que en ocasiones percibes como escozor. Aparecen las comeduras de tarro y en el entorno percibes cierta incredulidad sobre tus males. Pero te duele incluso sentado, incluso viendo la TV, incluso quieto. El dolor no te impide moverte, pero no desaparece. Por la zona que es, temes algún problema óseo, de los que te retiran.

Con un susto constante y después de dos meses de mortificación decidí acudir a un especialista, un fisio deportivo, que me ayudara. Que me diera diagnostico, tratamiento, empezara la recuperación. Creo que es lo mejor y único recomendable respecto de un dolor que no cesa.

El beneficio: La tranquilidad basada en un diagnostico y la definición de una ruta de recuperación que te llevará a la salida del túnel. Según el fisio este tipo de lesión se produce por exceso de trabajo sin descanso sobre una misma zona muscular, como es el resultado de practicar montaña, BTT y correr, pero todo ello junto con falta de estiramientos antes y después de los ejercicios. He tardado, pero ya he tenido que reconocer que los aconsejan tienen razón.
Parece que otro factor que ha podido ayudar, según unos u otros, deriva del hecho de que la lesión implica músculos destinados a la estabilización de la rodilla. Así, correr por terreno embarrado, que con las lluvias de este año era lo normal, fomenta este tipo de lesiones al generar trabajo para mantener las piernas debajo del cuerpo (lo que menos finamente sería evitar despatarrarse).

La recuperación ha consistido en masajes semanales (bastante dolorosos), estiramientos y BTT suave como ejercicio para mantener el tono muscular. ¡Menos mal que podía quemar algo de energía con el BTT!.
Ahora, después de más 300km de rutas suaves y de anillo ciclista, distribuidos en tres sesiones de 10, 15 y 25 km por semana, empiezo otra vez a hacer montaña, aunque nunca dejase de subir a ella. Porque hacer montaña es sentir libertad.

Dolores
Dolor tumefactante y, en ocasiones, durante el ejercicio intenso, sobre todo al tacto, en zona inguinal, púbica, músculo piramidal, a lo largo de parte superior y media de la fascia-latta y de los músculos del grupo llamado la pata de ganso.

Plan semanal
El plan semanal implicó una rutina de una sesión de masaje y dos o tres sesiones de ejercicio, creciente en intensidad y duración según la progresión observada.
1. Lunes, sesión de masaje.
2. Miércoles, sesión BTT de rodadura, terreno fácil, de 10 a 12km.
3. Viernes, sesión BTT de intensidad baja-media, terreno fácil, de 15 a 20 km.
4. Domingo sesión BTT media, terreno medio (pistas de montaña y senderos no técnicos), 50% del esfuerzo habitual.
Antes y después de cada sesión de ejercicio se realizaron estiramientos de los grupos musculares implicados en la lesión.

Durante las primeras semanas la evolución fue inconstante debido, en parte, a la dificultad para adecuar el nivel de ejercicio de mantenimiento del tono muscular.


http://tec.fctarc.org/estiramientos.pdf
http://www.estiramientos.es/
http://www.4pipas.com/entrenamientos/tabla_estiramientos1.gif

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