jueves, 8 de septiembre de 2011

Nocturna en el Yelmo

"Lo que parece no siempre es lo que es, y lo que es no siempre es lo que parece; la percepción crea nuestra propia realidad."
Rob McBride

Este verano por unos motivos u otros no habíamos realizado la ya clásica salida al atardecer. Otros años, en la Maliciosa, Peñalara o Collado de la Vistilla habíamos disfrutado de ese místico momento, admirado desde la existencia del hombre, en el que el sol desaparece para dejar paso a la oscuridad.

La cosa no era fácil. Había que buscar objetivo, esto era lo sencillo, este año tenía en la cabeza ver caer el sol por detrás de la Maliciosa desde el Yelmo, desde su cima. Había que buscar acompañante/s, cada vez más difícil “engañar” a alguien con eso de que “vamos a dar un paseíto por la montaña a ver un bonito atardecer”.



Buscasombras, tradicional acompañante en estos menesteres, “lo tengo” fuera de juego, esperemos su pronta recuperación.

Lanzo la propuesta a algunos acompañantes “eventuales”: los míticos Gasóforo, Pisapraos y Pakmaldini. Llueven las adhesiones a la propuesta: pronto tenemos en lista a los que serán nuevos uno-gradistas … Yoguini, Ballantines y Bolillo. Cómo siempre, se acaban produciendo reajustes … que si la “enemiga” me mata, que si tengo que “chapar”, … múltiples disculpas de todo tipo. Finalmente … Gasóforo, Yoguini, Ballantines, Bolillo y Trasgu (el que escribe) compenen la “expedición”.















“Un paseíto por la montaña para ver un bonito atardecer”. Siempre pensé que íbamos a eso. La única “dificultad”, montada también como entretenimiento para el grupo … la grieta de acceso a la cumbre del Yelmo.





“Me traes mareado, me bajo del coche y … ¡¡¡TRACA!!!”. Así mostraba Ballantines su percepción de que aquello, para él, sería algo más que un “paseíto”. Está claro que hay ciertas definiciones que cuesta trabajo ajustarlas. Véase … “camino” según la Real Academia Española “Tierra hollada por donde se transita habitualmente”, para mi … la senda que sube desde Manzanares al Yelmo, salvo el último estirón, ajustaría perfectamente en la definición de camino. Para Ballantines, aquello eran piedras amontonadas, piedras que esquivar, nada que ver con el camino que él habitualmente transita por el Monte del Pardo. “En el mapa yo lo vi más plano”, … a todos nos ocurrió en algún momento.




Bolillo, pronto hace fuerza con Ballantines, “¡¡vaya como se te pone la patata!!”, “yo … cuando vi que Pisapraos no venía … tenía que habérmelo imaginado, ¡¡qué cabrón!!”.

Mi intención siempre fue buscar una ruta facilita, tendré que llevarme a Ballantines y Bolillo a alguna de más entidad para terminar de ajustar definiciones y criterios. “El Yelmo es algo facilito”.

De acompañantes, Gasóforo, con ese “ímpetu” y “superación personal” que lo caracterizan y Yoguini, buscando en todo momento sus chakras … los suyos y los del entorno, paracen compartir más mi percepción de la realidad, “un bonito paseíto por la montaña para ver un bonito atardecer”.



Entre bromas, risas, alguna explicación de lo que se estaba padeciendo, llegamos pronto a la Pradera del Yelmo, parecía que lo peor había pasado, pero más de uno tendría que “negociar” como salir de aquella grieta, donde las piedras parecían juntarse más cuanto más esfuerzo hacía uno por intentar “colar” por aquel hueco que quedaba entre ellas.









Pronto, todavía a buena hora, hacemos cima en el Yelmo, todos eufóricos, en situación de autocomplacencia, … las fotos de cumbre de rigor, … y cada uno a disfrutar de lo que pueda. Yoguini pronto “interioriza” toda la montaña, … la montaña, los buitres, el pequeño roble de la cumbre, el sol, el atardecer, … todo lo que haga falta, la cuestión es “interiorizar” lo bueno. Otros “interiorizan” chorizo (de León … como no), jamón, cacahuetes, chocolate, … vamos … que cada uno “interioriza” lo que quiere. Aquí si hay “quorum” … que guapa la cima del Yelmo, con sus vistas a la Pedriza.

















Tocaba bajar, después de “negociar” de nuevo la grieta, buscamos la Senda Maeso, desde donde, ya de noche, con el fresco característico de un día de pleno verano, a la luz de la luna, disfrutamos de un más que agradable paseo por la Gran Cañada, la cual nos deja en deja “enfilados” al punto de partida.







“¡¡He visto el peligro!! ¡¡he visto el peligro!!” unas risas finales, y “pronto” estamos en los coches, eran las 22:30. “Peligro”, “pronto”, tal y como ocurría con “camino” son términos que admiten definiciones subjetivas, muy condicionadas por las personas y los momentos.

Unas cervecitas, y a la cama. Habíamos pasado un “bonito día de montaña con un agradable atardecer”.




“La próxima me la pasas con 10 días de antelación ¡¡que me la tengo que estudiar bien!!”, se despide Ballantines.

Trasgu, 2011.

3 comentarios:

  1. Eso de hacer una ruta al atardecer, tiene su encanto. Muy bonito y muy buenos acompañantes.
    Un abrazo a tod@s.

    ResponderEliminar
  2. Hola! Que bueno ese Yelmo, siempre me gusta leer sobre él jejeje. “En el mapa yo lo vi más plano”, esa frase me ha matado jaja, sobre todo por las veces que me ha venido a mi a la cabeza (y en especial andando por la Pedriza ^^).
    Llevo ya un tiempo leyéndote, y he de decir que me encanta tu blog. ¡Te sigo! jeje

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. eeeeeeeeeeiiiinn!!

    Ivan, a ver si te animas a "desempolvar" las botas y te apuntas a alguna de estas rutillas disfrutonas.

    jMii, muchas gracias por tu comentario. Siempre es más fácil escribir sabiendo que hay alguien "por ahí" a quien le gusta leerlo. Aquí seguiremos.

    S2

    Trasgu

    ResponderEliminar